Eian Parker y Olu Fann todavía estaban lejos materialmente de ser Doctur Dot y Johnny Venus cuando se conocieron. Lejos materialmente, pero demasiado cerca de espíritu y de un destino que parece dibujado para que ambos cumplan una misión. Por momentos fantástica, por momentos surrealista, con un GPS programado hacia las curvas más audaces, la misión de estos dos viejos amigos de Atlanta, ya convertidos frente al mundo en EarthGang, nunca está alejada de un humanismo colmado de pulsión.

Eian Parker y Olu Fann en los tiempos escolares. Foto vía el IG de WowGr8
Los dos hicieron el secundario en la escuela Benjamin Mays, sobre el South West de la ciudad, pero las aventuras de la música y la amistad no terminarían ahí. Había que seguir compartiendo actos y volcando rimas, así que ambos migraron hacia Virgina para ingresar a la mítica Universidad Hampton. Y fue en ese templo de educación negra donde comenzó a tomar forma lo que vemos hoy.
EarthGang nace en el 2008. The Better Party, su primer EP, fue lanzado dos años después. Ese mismo año, gracias a las conexiones estudiantiles, llegaría a sus oídos el mixtape de un tal JID, un marcador central del equipo de fútbol americano de la universidad, casualmente también de Atlanta. Ese mixtape llegó justo a tiempo para darle forma al proyecto colectivo que venían moldeando Johnny Venus y Doctur Dot, a quien luego empezaríamos a llamar WowGr8. Es en estas secuencias que nace Spillage Village, con una afiliación original que termina de incluir, en un primer momento, a Hollywood JB y Jurdxn Bryant, ambos de Baltimore, y cuatro años más tarde a Mereba y 6LACK.
The Better Party fue grabado en el estudio y en las habitaciones de la universidad. También tuvo su cuota de trabajo en las visitas que hacían a Atlanta, donde experimentaron adentro de armarios y paseándose por subsuelos hasta dar con el punto justo de lo que pretendían escuchar. Con este EP comenzarían a viajar por el país tocando en diferentes festivales universitarios y otros encuentros que mixeaban lo estudiantil con un público abierto, y por supuesto que en las propuestas culturales de Atlanta, como el Festival A3C, ya empezaba a figurar su nombre.
El regreso definitivo a la ciudad natal fue en el 2013, y a partir de ahí todo empieza a ir en subida, en los dos sentidos del subir: creciente y cuesta arriba. Es que si algo caracteriza al dúo es la fuerza de trabajo que acompaña a la fuerza creativa que emanan. Pero todos sabemos la complejidad que interfiere entre el querer hacer, el deber y las posibilidades que se encuentran, o desencuentran, a partir de ciertos escenarios económicos, sociales, políticos, e incluso en tanto y en cuanto a mandatos culturales. En paralelo a todo esto, para más, tenemos que convivir con nosotros.

Spillage Village original: WowGr8, Hollywood JB, JID, Johnny Venus y Jurdxn Bryant
Todas estas obstaculizaciones externas e internas fueron apareciendo en los varios singles que EarthGang fue sacando después de su primer EP. De gran parte de aquel material se compone el genial Shallow Graves for Toys, un lanzamiento digital bajo el sello de Spillage Village, que con el tiempo se oficializaría de una manera más popular y concreta como la carta de presentación del dúo. Una carta en la que ya, allá por junio del 2014, era imposible hacer entrar todo el talento y el hambre poético que empezaban a agitar.
Ese agite redobla esfuerzos en el 2015, un año que consolida el ritmo de lanzamientos y alianzas. Promediando noviembre, liberaron Strays with Rabies, segundo álbum digital. Pero antes, y entre varios sencillos, publicaron Torba, un EP de siete canciones, cada una correspondiendo a un día de la semana. A Jordxn Bryant lo escuchamos en Tuesday, OG Maco aporta sus voces en Friday y los domingos son en familia, así que el que pone la voz en Sunday es JID. Mac Miller se suma al dúo en Monday; con él, además, ese mismo año saldrían de gira y mantendrían una relación cercana y de agradecimiento hasta el final. “Mac fue el primero en darle luz a lo que venimos haciendo. Fue por él que fuimos por primera vez a Los Ángeles”, escribió WowGr8 para despedir a su amigo, al que había visto una semana antes de su fallecimiento. Hay cierta nobleza por parte de este mundo hostil en facilitar que algunas personas se encuentren y creen, y este es definitivamente uno, porque también se ponen en juego otras formas de legados y lecciones. “Sé que ahora estás en paz, así que estoy feliz por vos pero muy triste por todos nosotros que continuaremos sin vos”, finalizó Doc.
En el 2016 se dio el primer acercamiento a Dreamville. Se sumaron a la gira de Bas y en Nueva York se encontraron con J Cole. Al año siguiente, junto a JID, estaban oficialmente adentro y firmaban su primer contrato discográfico en grande. Y entonces florecieron más giras, nuevas colaboraciones que fortalecieron los lazos entre ambos colectivos y dos EP propios más, Rags y Robots, donde dejan en claro que siempre tienen un poco más de ductilidad para ofrecer.
Tienen a favor un par de voces que resultan lo suficientemente elásticas para probarlo todo, y también la excentricidad para desdoblarse sobre lo establecido. Entre confesiones que emergen bajo la punzante tensión de las diferentes vinculaciones y de las frustraciones generacionales, donde el racismo, la depresión y las adicciones siempre aparecen como el gran obstáculo a sortear, Johnny Venus y WowGr8 saben dignificar la lucha y las tradiciones, pero también el tiempo de la fiesta, del amor, del juego.

Foto de Emmanuel Roberts
La llegada a Dreamville detuvo la saga de lanzamientos que Spillage Village venía sosteniendo. Entre el 2014 y el 2016, uno por año, lanzaron los muy buenos Bears Like This, Bears Like This Too y Bears Like This Too Much. Además de servir como presentación del colectivo, de disfrutar los ensambles de estilos y ver el crecimiento de cada uno de sus integrantes, son esos tipos de discos que uno adora descubrir y guardarlos como el gran logro del día. Desde hace unos meses, ya asentados todos a la ola de cambios y adrenalina de los últimos años, los Spillage Village avisaron que para mitad de este año esperan lanzar Spilligion, una espera larga que promete ser recompensada con colaboraciones de lujo.
Royalty es un EP que ya lleva la marca de la nueva etapa. La voz de Ari Lennox, la bomba de Dreamville, se sume al dúo y la química es absoluta. Lanzado en el 2018, es el puente exacto para balancear el trabajo de sus últimos 5 años y reconocer todo el arco creativo que fueron trabajando. Un trabajo acompañado con potencia audiovisual, alta cercanía con el público a través de las redes y distintas actividades de encuentros, pero también una fuerte presencia territorial política.
Ya a nadie sorprende que las presentaciones de EarthGang funcionen como centros de inscripción de votantes. Tampoco la disposición para acompañar movilizaciones, prestar la voz y aprovechar su lugar hacia diferentes consignas y escenarios coyunturales. Si bien fueron varios los raperos que saltaron cuando se volvió a apelar por nuevas restricciones sobre el derecho del aborto, ellos no dudaron en abrir sus canales a los movimientos de mujeres y aprovechar la gira para concientizar. O cuando YG se vio sumergido en diferentes polémicas por invitar a personas de su público a decir “Fuck Trump”, primero como un gesto de apoyo y ya luego como manifiesto, no dudaron en incorporar a mitad de sus presentaciones un fragmento del mismo tema e invitar al público al ritual de mandar al carajo al presidente. Este pasaje del concierto continuó todo el año pasado alrededor del mundo.
Y fue justamente el 2019 el año que empieza a materializar una consagración por demás justa. Nominaciones al Grammy, participación en el soundtrack de la hermosa y trágica Queen & Slim, un Disco de Oro y otro de Platino por su participación en los sencillos y discos compilatorios de Dreamville, también presentados en modo saga, en donde se ve muy bien, y se escucha mejor, porqué está siendo uno de los proyectos colectivos más interesantes de la actualidad. Aunque uno de los momentos de mayor éxtasis que compartieron en las redes fue cuando tocaron con The Roots en el show de Jimmy Fallon: “Ya está, no importa nada una mierda más: Questlove nos está marcando el ritmo”.

Fotos & diseño del ciclo Vevo DSCVR
El otro momento de éxtasis, pero ya no solo del año, sino de la última década, fue sin duda haber llegado, finalmente, a Mirrorland. Primer álbum con todas las letras y bajo un sello grande. Primeras giras con ellos a la cabeza y primera colección de cartelitos a lo largo y ancho del país diciendo “entradas agotadas”, incluyendo Los Ángeles y New York. Misma victoria que se logró en otras partes de un tour que los llevó por casi todos los continentes, salvo Latinoamérica.
El primer álbum de EarthGang nos confirma las sospechas: son de otro planeta. Y como pocas veces ocurre, el disco comienza en la tapa, el que también nos confirma que La Meca Negra sigue siendo La Meca Negra, una cápsula en la tierra norteamericana, y quizás en el mundo.

El lanzamiento de Mirrorland (septiembre, 2019) incluyó la presentación de unas cartas de tarot temáticas, edición limitada, acompañando el concepto del disco.
Los compañeros del secundario llegaron a realizar su primera obra maestra, una obra que podría ser considerada una nueva cara del panafricanismo, un panafricanismo abierto a todo el público que no tema abrazar la interseccionalidad como camino de libertad y justicia, por eso también hay tiempo para mimar la fraternidad latina. Frente al deseo de algunos de levantar muros, ellos prefieren levantar el vaso del tequila. Mirrorland es una conciencia de hermandad y naturaleza, de creación y búsqueda de voces propias para ponerlas al servicio, no solo del otro y de un bien común, también de la tierra. En esa idea se traduce la anatomía de vivir al sur en el país del norte, y quizás en cualquier sur, porque todos tenemos un norte encima apretándonos.
Doctur Dot siempre tiene un as bajo la manga, juega a las anchas corriendo los márgenes y cuando menos te diste cuenta, sucedió, te golpeó. Su energía, que siempre aparece a primera sensación desde un lugar mucho más ligero, exprimiendo al máximo su porte carismático y descontracturado, termina tocando profundidades que ni siquiera sabías que existían. Johnny Venus carga su voz de imágenes y se pueden percibir las roturas, las reparaciones y la resignación de su fe en el panel de tonos que maneja. Ambos se complementan y construyen una conciencia poética, una poesía espiritual rara vez encontrada en el hip hop.

Foto de Simon Chasalow
En realidad, EarthGang está construyendo un ideario propio, un ideario poco visto hasta acá y no solo en el hip hop. Representan la diversidad afrodescendiente de Atlanta en todo su esplendor. Lo hacen sobre un suelo firme, sagrado, con ese antecedente monstruoso de genialidad irreemplazable que es Outkast, pero sin condicionarse ni acomodarse ahí. Olu y Doctur Dot se multiplican en sonidos, estilos y lenguajes para serle fiel únicamente a una narrativa. Esa narrativa queda a disposición de un manifiesto cultural y político que busca dar un salto de compromiso y de fraternidad. No en vano repiten en sus conciertos que “todos somos EarthGang”. El mundo nos necesita en modo EarthGang. Y este planteo de unidad no es ingenuo, porque es una unidad que nace desde un desprendimiento, surge de diferenciarse de otros discursos y de otros modos de enunciado, lo que significó no descansar sobre ningún camino abierto y alejarse de las definiciones estereotipadas que harían más fácil cualquier romance con el público propio, y claro, con el masivo, por no decir directamente al oído blanco.
Es un desprendimiento lógico y vital de los que tienen una visión. Su huella ya se palpita como un grito de resistencia frente a la gentrificación, esos procesos urbanos que cristalizan procesos sociales más profundos, y que, apoyados en el relato global y una dialéctica del no segregar, terminan por borrar identidades, desplazar aún más hacia los márgenes a los que ya estaban sobre ellos y habilitar nuevas formas de colonización.
La ilusión que encarna EarthGang tiene la electricidad y la dinámica necesaria para volverse una invitación universal, dulce y magnética: es la hora de los cuerpos encendidos y mentes volcánicas, es hora de elevar nuestras almas y creer, más fuerte que nunca, con más urgencia que todos los ayeres del mundo, que el poder es nuestro y tenemos que ponerlo en marcha. Las ideas del futuro siempre suenan a viejas y cualquier idea de esperanza trae consigo el germen de la fatalidad, pero al menos ya sabemos cómo sonará ese nuevo mundo de conciencia interseccional. Mientras que en este momento las fronteras permanecen cerradas, Mirrorland se abre de par a par y EarthGang nos espera con su infinito particular, los cuerpos calientes y un sonido a punto caramelo.
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