Langston Hughes (1902 – 1967) fue uno de los artífices principales del período que se conoció como el Renacimiento de Harlem. Empezaba la década del ’20 y desde ese pulmón negro neoyorkino emergía una movida cultural tan profunda y contundente que aún hoy siguen floreciendo artistas y escritores influenciados por esos hombres y mujeres. Hughes, lógicamente activista, es considerado el primer Gran Poeta Negro, y no solo fue el favorito y la cita «obligada» de muchos referentes y líderes de la comunidad, también fue la inspiración para el discurso más famoso de Martin Luther King, I have a dream, del que el 28 de agosto se cumplieron 56 años.

Harlem, 1958. Foto de Robert W. Kelley
Pregunta
Cuando la muerte, esa vieja indeseable,
viene por un cuerpo
arrojado al costal del olvido,
me pregunto si encontrara
el cadáver de un multimillonario blanco
este valdría más centavos de eternidad
que el oscuro torso de
un negro que cosecha algodón.

1936. Foto de Carl Van Vechten
Nostalgia Blues
Del puente ferroviario
viene una canción triste.
Cuando los trenes pasan
me quisiera ir con ellos.
Cuando fui a la estación
mi corazón latía desbocado
viendo hacia los vagones
que me llevarían al sur.
Esta triste nostalgia, oh Señor,
es algo muy terrible.
Esta triste nostalgia
es algo muy terrible
y para no llorar
me río a carcajadas.

Foto Gordon Parks
Negro
Yo soy un Negro:
Negro como la noche es negra.
Negro como lo profundo de mi África.
He sido esclavo:
César me ordenó mantener limpio su umbral.
Lustré las botas de Washington.
He sido obrero:
De mis manos surgieron la pirámides.
Yo hice la mezcla para el Woolworth Building.
He sido cantante:
Todo el camino, de África a Georgia,
cargué con mis canciones tristes.
Yo inventé el ragtime.
He sido víctima:
Los belgas me cortaron las manos en el Congo.
Me siguen linchando en Mississipi.
Yo soy un Negro:
Negro como la noche es negra.
Negro como lo profundo de mi África.

Henri Cartier-Bresson
Yo también
Yo también le canto a América.
Soy el hermano oscuro.
Me mandan a comer a la cocina
cuando vienen las visitas, pero yo me río,
y me alimento bien,
y crezco fuerte.
Mañana
me sentaré a la mesa
cuando vengan las visitas.
Nadie se atreverá
a decirme
“come en la cocina”
de nuevo.
Entonces,
ellos verán cuan hermoso soy
y se avergonzarán.
Yo, yo también soy América.
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